sábado, 11 de abril de 2015

La educación participativa y el trabajo colaborativa



Si al educar sólo transmitimos conocimientos y habilidades instrumentales, estamos llenando y alimentando a la persona de saberes ignorados, pero si nos quedamos en estas acciones, sin trascenderlas, nos contentamos con una educación descontextualizada.  La producción y transmisión de saberes se convierte en una labor de expertos externos que expropian a las personas de la posibilidad de un aprendizaje comprensivo con el que puedan, no solo entender, si no dominar su realidad.  El resultado es el divorcio total, la clara ruptura entre texto y contexto, entre lo que se aprende y la realidad social, con lo que  en lugar de estar produciendo una educación liberadora, estamos propiciando una distorsión de la realidad en las personas.

Para evitarlo, se propone una educación participativa,  organizada en torno a las experiencias personales, constructiva, colaborativa y cualificadora. Por eso apostamos por las estrategias colaborativas en la formación de los futuros profesionales que trabajaran por la interculturalidad, porque estas técnicas permiten compartir experiencias y construir la propia práctica.

Si estamos de acuerdo en lo anterior, también hemos de estar de acuerdo en que el profesional que trabaja para fomentar la interculturalidad debe ser formado para potenciar lo que se llama inteligencia cultural, aquella que crece con la comunicación, la del aprendizaje dialógico en donde cada persona aporta su cultura y experiencia para compartirla con los demás.
El objetivo es llegar al denominado lenguaje total, en el que hay una comunicación dialógica de sentimientos, imaginación y creatividad que revaloriza el encuentro de aprendizajes sociales entre personas de diversas culturas. Para ello los profesionales de la acción social con inmigrantes deben ser competentes en el desarrollo de estrategias de trabajo colaborativo. ¿Por qué?. Porque las estrategias de trabajo colaborativo tratan de encontrar la estructura de relaciones que hacen comprensible el sentido de las representaciones sociales en el lenguaje de las personas que forman un colectivo.

El profesional debe usar estos procedimientos para explorar situaciones sociales desde el punto de vista de la concepción cultural y simbólica que el colectivo de inmigrantes tiene de si mismo. Lo fundamental, por tanto, es que trabaje con el análisis e interpretación de sus lenguajes, porque lo que busca es determinar la significación de los fenómenos sociales para comprender su sentido.


El conocimiento surgido de la reflexión critica entre personas de diferentes culturas a través del trabajo colaborativo utiliza gran parte de las estrategias interpretativas para relacionar a las personas y aproximarlas a metas comunes, compartir sentimientos y afectos y dar significado a sus actos, pero debe ir mas lejos para propiciar que todo esto pueda llegar a generar un tipo de conocimiento con el que los inmigrantes lleguen a ser mas competentes, dialógicamente hablando, en la manera de plantear y solucionar los problemas no solo personales si no también grupales y comunitarios en definitiva lleguen a ser más críticas.

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